LA MUJER ALEMANA


Una mujer alemana sube al microbús. Se detiene en el medio del pasillo. Está claramente está enferma. Psiquiátrica, deteriorada. Su aspecto, su cabeza, deteriorados. Su acento es malo, muy malo su lenguaje. Titubea.

—Me robaron mi plata—dice.

Su mirada furiosa nos agrede.

—Yo que vengo a Chile a trabajar gratis, para los pobres con mi trabajo y me roban mi plata. Sí ustedes, me robaron mi plata así —insiste, cada vez más agitada.—Me robaron mis papeles —dice.

—Son unos ladrones —y con un gesto nos muestra el interior de un bolso gastado.

Luego se detiene al lado de un muchacho.

—Feos —grita.

—Ustedes son muy feos. Y apunta a un hombre, a una mujer, a un niño.

A todos nos apunta indistintamente con su furia.

Cada vez más alterada de aspecto, la mujer atemoriza, intimida.

Insulta a los trabajadores, a los peatones, a todos nos insulta.

La mujer avanza en dirección a uno de los asientos del fondo de la máquina y se sienta al lado de una mujer que mira hacia fuera.

En segundos la mujer la toma por los hombros. La otra, paralizada por la angustia permanece quieta.

Sus miradas se cruzan, intensamente.



- Perdón, pero a usted no la conozco. Me ha zamarreado , ha ladrado rabia por todos lados y no le voy a permitir que me angustie con su historia de primer mundo. Yo también, tengo problemas , y créame, que son horrorosos como los suyos, pero no me interesa ponerlos en común con sus ínfulas y humos que se desprenden por su blanca cabellera, y sus ojos celestes que no iluminan.



La otra mujer se sobresaltada y captura aún más la atención del público, mientras cierto relajo se apodera en el escenario en movimiento. Penetra un mutismo, las miradas se posicionan en los labios curtidos de tantas palabras henchidas de luchas contra la pobreza, labios hipnotizados por ella, por el miedo a babear pobrezas. La máquina avanza…



Lento, muy lento, el chofer deja de acelerar, mientras la inercia modifica su estado anterior poco a poco.

- Soy Alemana, cuando la GESTAPO exterminaba a los judíos, yo tenía un año. Mi padre era uno de ellos. He vivido pobrezas, enormes pobrezas, que ustedes ni imaginan. Y yo la odio, a toda ella en su conjunto en todas sus formas y veo en este bus pobrezas que persiguen sus feos rostros. A usted señora que dice no interesarle mis problemas, yo veo su cara poseída de angustia:

- ¿Por qué usted me miró a los ojos? Sepa usted que a los locos, yo no los miraría ni muerta. Porque me niego a verme en el espejo recalcada, enfatizada, reiterada, exagerada como una metáfora burlona, insistida como una caricatura, subrayada como con una mayúsculo locura.



La mujer alemana, toma aire, respira hondo y de su bolso, saca una botella de agua, la que transfiguró poco a poco la energía del bus disminuyendo el ritmo del latir de los corazones, y se empina en sorbos. Retoma el discurso paseando su mirada en los cuerpos inertes que no oponen resistencia al acento alemán.



Ser loca y pobre, o pobre loca, es para pegarse un tiro en la sien. ¡El mundo es una mierda, no se dan cuenta! Hay que registrar las calamidades humanas, aunque usted sea el fotógrafo de los perdedores, de los enterrados vivos, o bien luchar contra la pobreza intelectual, que es lo que yo hago aquí. Pero saben, ya estoy cansada, muy cansada.



Se seca la frente que llena de sudores pasados, brotaban en la blanca piel.



- ¡Hay que modificar el estado en reposo de los cuerpos aletargados!, señala hablando cada vez más fuerte.



Su acento ininteligible traspasaba oídos que comprendían con sudor en las manos la potencia tras verdaderas palabras y gestos.

- ¡El mundo es una mierda¡ dice aún con más fuerza.

- Die Welt Ist Ein Shit!!!!!! repite en aleman.

- El mundo está lleno de calamidades, cosas horrendas, gente mala, batallas, contaminación y un largo etcétera que es casi imposible no enfermarse; los que no se enferman nunca son los sospechosos. Los hombres podrán cansarse de comer de beber e incluso de hacer el amor, pero no de hacer la guerra, y la vida en este contexto es una de las batallas más cruentas. Cuántas veces me despierto justo cuando la angustia muerde el borde superior de mi estomago, impidiendo un suspiro, mientras balas de serotoninas pasan de largo, anunciando que el estado de la angustia no va a cambiar. Cualquiera sabe a esta altura que el hombre es la enfermedad de la tierra…

Toma su bolso gastado, y saca un revólver apuntando indistintamente sobre todos y ninguno, tras movimientos en círculo y zigzagueantes para detenerse en el chofer que nada comprendía. Comienza reírse, dando a entender que sólo bromeaba, que la pistola era de fogueo. El chofer, manipula la radio del autobús y atina a colocar un tango:



- Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé,

en el quinientos seis y en el dos mil también;



La alemana abre unos ojos azules que ahora si iluminan a todos los rostros embelesados y tras una enorme carcajada, se escucha una risa que contagia al resto y del tango pasaron a una risa imparable a tal punto que la alemana cae al suelo atestada de carcajadas que triplicaron aun más las risas como una potente droga.





















DICIEMBRE DE 1999

TEXTOS P E R D I D O S 1) Buen Dia Tristeza (Mentalmente) Te imagino derrochando tristeza. Me miras al despertar y te digo: ¡buenos días tristeza, bueno días amor imaginario, buenos días mentira; ¿por qué recorres mi alma perdida? Te imagino aquí a mi lado, pero no estas, me miro en el espejo y una horrible imagen esculpe mi mente. Estoy solo. Girando mi existencia en torno a alguien que nunca tuve realmente. ¿Cómo te olvido? Si sintieras esto, sólo comprenderías una parte de lo que te amo. Porque la tristeza que padezco no cabe en un alma, esa que te construiste junto a tu familia perfecta llena apellidos rimbombantes, pletórica de hermanos, y de padres de hierro, perfectamente perfectos inculcando preceptos mentirosos. La forma que yo te amo no calza con ello. Es de otras cosas las que yo te hablo. Es tan profundo mi querer, rodeado que un dolor ininterrumpido, a cada instante que te apareces en mis mañanas tristes. Construí una ilusión amorfa y ficticia. ¿Cómo te olvido ahora? Fuiste una construcción mental que se tejió en un corazón adolescente, un lugar bastante complejo lleno de contradicciones, que tu aparente simpleza no tiene cabida, tu mundo perfecto estructurado que no da cabida a las contradicciones. Ese mundo que yo te inventé, estaba lleno de múltiples colores indeterminados que yo te tracé a cada rato, parecían de otro planeta. Un rojizo en tu rostro, donde sólo hay una cara de pájaro blanco de ojos claros, un delirio amarillo estampado en tu piel extranjera. 2) Imágenes del olvido No quiero imaginar que te imagino como cuando te imaginaba intermitentemente en mi imaginación, no quiero recordar imágenes imaginarias, equivocaciones perfectas, alucinantes a rato, imágenes alucinadas contemplando tu imagen imaginaria que imaginaba intermitentemente. Fuiste un conjunto de imágenes en mi imaginación -que ahora no puedo grabar encima- como si se trataba de un cassete olvidado en el velador, imágenes amontonadas una tras otra, cientos que aparecen y desaparecen. Paren esto por favor me quiero bajar, no aguanto más, el responsable escapó. Fuiste un derroche de mis pensares un desgaste innecesario, un tormento complejo y estructurado, una enmarañada circunstancia desgraciada que sin embargo me ha hecho tanto daño. . No hay nada que agradecer, el deseo de tu felicidad se lo dejo tu dios, aunque la dura palabra del odio no calza aquí, al menos si un: ¡ándate a la concha de tu madre! No quiero pensar que erróneo camino emprendido, sirvió, no quiero pensar que la potencia de mi amor certero, pero imaginario, sentó un precedente a futuro, deseo pensar eso si, que un punto oscuro nubló mi espíritu, por largos periodos de tiempo, oscuros, pasados…… un punto negro que denota un encefalograma mental realizado por algún siquiatra que tu no pagas desde luego, que ni sabes que fui, más ya no te acuerdas de mi……… no quiero más contradicciones en mis sueños, por favor déjame en paz, no quiero mas lágrimas turbias que manchen mi rostro. 3) Angustias Diafragma contraído. Angustia concentrada en un pecho oprimido. Necesidad de nicotina a horas tempranas de la mañana, no quiero comer nada, solo una coca cola por favor, ahora vomito sobre tu rostro que duerme a mi lado, perfectamente congelado, como siempre. Cuento, pensión de angustia Los pitos de marihuana untada en toluneo que te traían los lachos de turno, te habían ayudado todo este tiempo a incubar angustia a tu alrededor. Era la herencia perfecta para alguien que se venia arrancando de Valparaíso, , de sus deudas y malos negocios de siempre, aquí la casona que en pleno barrio Bellavista arrendaste te permitía subalquilar a diferentes especimenes sus angustias, sus amplios dormitorios, permitían poder pagar y mantener esa trampa que no te suelta Buen negocio pensaste, después de todo lo macabro de esas circunstancias desgraciadas que te rodean que tu mismo fuiste tejiendo, eran el antecedente de un gran sueño eterno, la atmósfera en la que se cría el gran definitivo descanso, y hay de quien le aconseje lo contrario, aquel no comprende tu porfía, tu te has dado cuanta de que la hierva te atomiza el pensamiento, activando cierta actividad en tu cerebro porfiado, produciendo grandes rendimientos, eso es lo que a la larga es lo único que te rinde…. Se acercaba lo peor lo sabia,. Para cada uno de nosotros, , el diario vivir, se tornaba un tormento, que fácilmente haría quebrantar nuestro espíritu, . y cómo no, si aquella casa de material poroso llamado adobe, perneaba el ambiente , se mezclaban los demonios, internos de cada uno de nosotros, era un síntoma de algo inevitable……….la incubación de mas angustias…… Era la casona ubicada en pleno barrio Bellavista, financiada por un chata programa de gobierno concertancionsista: pinta tu fachada, ………había un patio interno que hacia de corredor, cruzando todas las habitaciones, en el extremo contrario a la entrada, dos baños perfectamente sucios, lugar que constituía un eje neurálgico, donde se mezclaban los sudores de los disímiles habitantes, Don Samuel dueño arrendatario subalquilaba las piezas. El venia del norte, arrancando de sus malos negocios de siempre, obviamente este era uno más, Su dormitorio daba a la calle, era uno amplio, decorado con estilo Kish, , sin embargo el piso de flexix y el alto techo, , manchado con agua de lluvia, lo hacían un lugar un tanto feo. Sin embargo, ello no era impedimento para que su ventana que daba a la calle fuera golpeada a por distintos personajes de que tenían en común, usufructuar de el, de su buena voluntad, a cambio de un revuelque y un refregón, en un colchón box super flexix En el resto de las piezas los distintos personajes tenían algo en común. Luchaban desde la misma trinchera pobre y desgraciada sobrevivir en el chile desigual, con trabajos asociados al nuevo capitalismo, asociados la globalización, call center, ejecutivos de venta, etc, un sistema alimentado por una sin salida a esa situación desgraciada. Había un peruano que de globalizado no tenia mucho en el sentido de que practicaba la profesión mas antigua, pero que su celular era la herramienta de la nueva comunicación que le permitía hacer los contactos. Fantasías a domicilios, o en lugar propio, la tercera, 5 de 5 2001


Contra Ex Agente Informático de la DINA-CNI
LA ÚLTIMA JUGADA DE LA FUNA

El 29 de abril pasado, a las 18: 30 horas, la Comisión Funa hizo gala de su traje carnavalesco para actuar en la calle, su escenario por excelencia. Mientras el telón desciende, luego de un mierda, mierda, se ejecuta una verdadera performance empapada de carteles y lienzos, bailando una batucada de denuncia contra Andrés Terrise, ex agente de la DINA-CNI que hoy figura como Director de Sistemas de la Universidad UNIACC. Era la función N° 52 de este grupo que actúa en la vía pública desde 1999.

Justo cuando la noche de otoño cae sobre la multitud, una voz de repudio se cuela a través de un megáfono que da inicio a la manifestación que comenzó a oírse el 29 de abril pasado en la calle Salvador 1200–frente al UNIACC-, contra el ex agente de la división informática de la DINA-CNI, quien confeccionó la lista de los detenidos desaparecidos en dicho organismo de inteligencia, según se lee en los volantes que difundieron a los estudiantes de la mencionada universidad quienes entraban y salían boquiabiertos, mientras se entonaban: “Hola qué tal Terrise cómo estás, milico genocida te venimos a funar”.

Ese día la campanilla del despertador silbó a las 7: 30 am. Julio Oliva, vocero de la Comisión Funa, se levantó raudamente, tomó su café y luego deja a su hija al colegio. Llega al Diario El Siglo, el cual dirige, con su mochila cargada de ideas, listas para ponerlas en práctica en el ocaso de la tarde. Telefoneó a algunos miembros de la Comisión para afinar los últimos detalles de la operación que se traían entre manos. Sólo él y unos pocos sabían a quién iban a denunciar en público bajo el cargo de “informático del terror”

El punto de encuentro fue en la intersección Bilbao con Salvador en la plazuela que lleva el nombre del escritor José Santos Gonzáles Vera. Un puñado de jóvenes aguardaba para ejercer el papel que les había tocado representar en la verdadera performance de la denuncia callejera.

Michelle, egresada de psicología (30 años) quien luego de trabajar en su tesis, se dirigió al lugar como tantos otros, no sabía quién era la próxima víctima, pero estaba ansiosa de entonar el ya clásico cántico: “ Alerta, alerta vecino, al lado de su casa trabaja un asesino”

En cambio, Rayén, estudiante de danza (18 años) si sabía a quien iban a funar. Es que ella, participa de la comisión funa directamente y está a cargo de ejecutar una intervención artística. En esta oportunidad, le tocó golpear un repique con un par de baquetas, animando la marcha que más de 70 personas enfilaban directo al frontis del UNIACC.

Como todo elenco, cada uno asume un papel distinto, pero unidos por el fin de enjuiciar en la cara, sus manos encumbran una pancarta: “Andrés Terrise: artífice y diseñador y manejo unidad computacional L-5 de la DINA” en ese momento la funa estaba en pleno acto.

Su público, los testigos directos del proceso de denuncia masiva son los vecinos del barrio, estudiantes y funcionarios del UNIACC quienes se enteran de sopetón que entre ellos trabaja un ex agente de la DINA cuya función era “otorgar pasaportes falsos a los agentes del organismo represivo”, según consta en los flyer que reciben. Andrés, estudiante de teatro, de dicha entidad, dice no entender mucho, pero opina que “parece que alegan por lo justo”.

Con este mismo modus operandi funaron (dejar en evidencia) el 1° de abril pasado en la calle Suecia –frente a la UDI- al ex Ministro “regalón de Pinochet”, “alias El Jote”. Pero una de las funas más recordada por la opinión pública es la que realizaron el año anterior -por segunda vez- al coronel ® Germán Barriga, quien tras suicidio, puso en el debate los juicios a militares y civiles involucrados con violaciones a los derechos humanos.

En efecto, desde su creación la comisión Funa centra todo su interés en desestabilizar a sus adversarios debido a las secuelas que provoca. Pero ¿Quiénes forman esta llamada comisión, quiénes son los protagonistas de esta historia de impacto público?

DEL LICEO A LA FUNA

Semanalmente, el grupo se reúne en la calle Carabineros de Chile 333 en una asamblea para diseñar su accionar y asegurar la victoria de la funa. El grupo se compone “por varias organizaciones legales- como la comisión de detenidos desaparecidos y juventudes de partidos políticos- básicamente. Pero la comisión funa en sí, es un grupo de trabajo, explica Julio Oliva y aclara que pese a las suspicacias no todos los integrantes son del PC, aunque “los liderazgos se resuelven de acuerdo a quien es el que más se ha sacado la cresta trabajando. Los militantes comunistas somos 4 personas dentro de la asamblea. También, hay gente que no tiene partido; hay cabros que salieron del liceo experimental artístico que no tienen militancia; del Frente Patriótico Manuel Rodríguez sólo va una persona. Hay gente que votó por Lagos, que tienen sensibilidad socialista”, explica.

Esta práctica de “funar” se incubó en 1998, mientras Augusto Pinochet esperaba ser procesado en Londres, y a la larga se transformó en una verdadera denuncia “popular”, principalmente en contra de militares procesados en juicios sobre violación a los derechos humanos. Esto, porque, según sus propios ejecutores, merecen un “juicio público” ante la lentitud de los procesos judiciales. Pero también los dardos han apuntado a empresarios (como Ricardo Claro), médicos y periodistas involucrados directa o indirectamente con el régimen militar.

Han pasado más de cinco años- sumando más de 50 funas- desde que arremetieron en la vía pública, generando un debate en los medios de comunicación y en toda la sociedad, ya sea por rechazo o apoyo. Lo cierto es que esta llamativa manera de expresarse -con bombos, batucadas, tambores, megáfonos, carteles, cantos y consignas-, no ha dejado indiferente a nadie. Tanto es así que esta estrategia ha provocado una tensión latente que aún no es posible evaluar.

Aunque los han tratado de desprestigiar, la funa sigue creciendo: las manifestaciones han convocado cerca de 2000 personas en algunas ocasiones y cada vez que se concentran en una persona investigan acuciosamente para no equivocarse, inmovilizando a los denunciados, los cuales muchas veces parecen tener las manos atadas.

Tanto es así que, si uno considera querellas por injurias o calumnias, sólo se ha presentado una, la cual fue interpuesta por un parlamentario de derecha, el año 2000: “la figura legal era una asociación ilícita con el objeto de causar daños a la honra de las personas. No pudieron comprobar que nosotros éramos una asociación ilícita”cuenta Julio Oliva.

Desde los medios de comunicación, también se han sentido atacados. A cinco días de la tragedia de Barriga- en enero pasado- un vespertino anunció en la crónica del día, que autores de las funas “no sienten remordimiento” por el suicidio del mencionado coronel en retiro. Lo extraño es que las fuentes periodísticas nunca fueron consultadas.

Oliva recuerda, “me llamó un periodista quien se presentó como alguien que estaba haciendo la práctica, le expliqué que no le iba a dar ninguna entrevista, porque ya en otro tiempo -el año 2000- el mismo vespertino había titulado: “La irrupción de los Funeros: Asesinos de Imagen”.

En dicho diario, ubicamos al periodista quien admitió que efectivamente estaba haciendo su práctica y que no iba a dar ninguna declaración al respecto y pidió que por favor no lo grabáramos.

Al revisar el mencionado vespertino constatamos el reportaje – fechado el 18 de agosto del 2000- aludido por Oliva. En sus páginas califican a este grupo como “de ultraizquierda que decidieron cambiar las molotov por un crimen más sofisticado: el asesinato de imagen”. Más abajo se sostiene que “en plena calle arman batucadas del terror” contra sus víctimas y concluye que esta actividad “es más mortífera que una bala”.

FUNAS: ¿UN ARMA PODEROSA?

La construcción que han erguido, a lo largo de todos estos años, inquieta. Así lo plantea recientemente un diario nacional: “en el último tiempo, el PC, sin mayor gravitación electoral, parece convertirse en un poder fáctico, dedicado a la presión mediante funas, campañas de denostación pública de sus adversarios en los medios de comunicación afines y hostigamiento judicial de ex miembros del gobierno militar o de quienquiera obstaculice sus propósitos”

Sea como sea, lo cierto es que las funas establecen un fenómeno social creciente; son como una especie de experimento donde la alquimia engendrada bien podría ser un modelo a seguir en otros ámbitos donde se requiera la denuncia social. Por ejemplo, en la comuna de Renca un grupo de mujeres se organizó y funaron a maridos golpeadores; o cuando un conjunto de trabajadores de una conocida librería evidenció, a través de este mecanismo, el despido de sus pares porque se estaban organizando; o cuando un grupo de académicos encararon espontáneamente al brigadier Espinoza mientras saboreaba un café en un conocido local.

Entonces, lo que parecía una denuncia en pequeñas dosis - en la primera funa sólo asistieron 20 personas- poco a poco se transforma es un escollo social de proyecciones insospechadas, porque a sus protagonistas les interesa que su accionar “sea una plataforma para que la gente se organice y luche por sus cosas” recalca Oliva. Todo indica que los moldes de la funa se están endureciendo cada vez más en la sociedad.

Si bien calificar de líder a este nuevo actor social puede sonar exagerado, el significado del concepto, al menos en teoría, calza perfectamente con la horma de la funa. Liderar “es influir sobre la comunidad para que ésta enfrente sus problemas” según definió el experto en comunicaciones Pablo Harper, en un artículo de prensa.

Quizá ya es hora de evaluar certeramente este accionar. Consultamos al experto en relaciones cívico- militares, David Álvarez, de FLACSO, organismo internacional de carácter académico y autónomo quien opina que “las funas no dejan de ser interesante como forma de expresión en contra de algo, porque las personas sienten que están haciendo una contribución directa a la justicia. Pero, también es un mecanismo atentatorio en contra de las personas afectadas”. Y concluye que “son extremadamente poderosas y exitosas”

LOS AGUJEROS DE LA JUSTICIA

El sistema judicial a ratos pareciera estar agujereado y se ventila un sentimiento de que aún falta un largo trecho por recorrer en el camino de lograr la paz social a través de la justicia.

Mientras los jueces procesan y fallan causas de derechos humanos, la comisión funa urde sus estrategias para reparar en pequeñas dosis con un tatareo popular y público – cada dos meses aproximadamente- que asegura el llamado de atención sobre lo que consideran justo.

Si bien el Informe Rettig, -1991- fue el primer signo de reconocimiento para acercarse a una reconciliación nacional, en 1998 la discusión alcanzó un punto álgido, con la detención de Pinochet en Londres, hecho como ya dijimos originó la aparición de las funas -la primera ocurrió en 1999 contra Alejandro Forero Álvarez, médico cardiólogo, ex miembro del Comando Conjunto-. De ahí no han parado, entre tanto, las autoridades intentaron reparar y concretar una reconciliación a través de mesas de diálogo, informe sobre detenidos desaparecidos y torturados, pero que en el imaginario de los chilenos parecieran no tener peso.

En este contexto las funas “son necesarias, para alcanzar la reconciliación en el sentido de que dan a conocer una situación determinada que se tiene que saber”, opina David Álvarez. Sin embargo, agrega “me gustaría que de que fuera de otra forma, me gustaría de que de una vez por todas fuesen los Comandantes en Jefe que dijeran su responsabilidad y pidan perdón. Que pongan la información a disposición y de que caiga el que tiene que caer”. El mismo argumento esgrimen en la comisión funa, “los torturadores no han dado la información”, se escucha.

Lo concreto, como lo informó la Corte Suprema este verano, es que existen pendientes 356 procesos que versan sobre hechos constitutivos de violaciones a los dd.hh., de los cuales sólo 33 han sido elevados a plenario y únicamente en 10 se ha dictado sentencia en primera instancia.

Todo parece indicar que habrá funa para rato, y así lo confirma el calendario de actividades que ya se han programado para el 2005 ( ver recuadro). Ahora bien, el peso definitivo que ha tenido este movimiento es difícil de calibrar, pero lo real es que han logrado imprimir una huella que ha dejado de manifiesto un escozor social latente que aun no ha madurado lo suficiente. Una salida consensuada no será sencilla, sobretodo cuando hay tantas causas pendientes.
Recuadro 1:

CHARLAS DE FUNA

En la Comisión Funa ya han tomado las riendas para realizar sus actividades el 2005. Contemplan nuevas estrategias, según anunciaron a este medio: “cuando termine marzo vamos a tener nuestra primera actividad de funa normal como siempre. Creemos que va a llegar mucha gente. Vamos a abrir una página web que está en construcción (funachile.cl). También hemos recibido muchas invitaciones de universidades y colegios para ir hacer charlas y contar lo que hacemos. Para eso hemos estado preparando un video, de unos 15 a 20 minutos que nos sirva en estas presentaciones”.

RECUADRO 2:
EL SINO DE LA ESMERALDA

Aunque la mayoría de los funados son personas, también ha habido manifestaciones orientadas a objetos que conllevan una carga simbólica: la llama de la libertad, icono de la dictadura militar; la mesa de diálogo y tal vez el símbolo más funado y representativo que aún saca ronchas: el buque Esmeralda, utilizado como centro de detención de prisioneros políticos.

Este fue adquirido a España en los años 50 y en plena construcción se engendró el sino que cargaría de por vida: una explosión en la base detonó la ruina parcial del velero, quedando paralizada su obra, según se cuenta en la página de la armada.

Junto con sus falencias en la construcción inicial, varias manifestaciones, han influido en la quietud de las aguas por las que flota la embarcación. Tanto es así que en Uruguay protestaron – el año 2000- por la presencia del barco, también en Brasil, en Canadá y en EE.UU.

Además de estas verdaderas funas flotantes contra un símbolo de la represión- según consta en el Informe Rettig con 110 casos-, recientemente, el 13 de marzo, en medio de una protesta de familiares del sacerdote Miguel Woodward, fallecido producto de las torturas que habría sufrido en la Esmeralda, partió el buque escuela en su quincuagésimo crucero de instrucción.
Mientras el barco zarpaba de Valparaíso- rumbo a ocho países de América - familiares del religioso anglo-chileno, en una lancha se acercaron a la Esmeralda , mostraron carteles en los que pedían justicia y luego uno de ellos se quitó la ropa y se lanzó al mar en señal de protesta, aleteando justicia.
Todo indica que otras funas le esperan al bergantín en su crucero por 167 días, mientras no se realice un acto de desagravio-aún pendiente- fijado para su vuelta en agosto próximo.


























lecturas de foto:

foto uno: Oliva leyendo La Segunda y megáfono de fondo ( sugiero poner un signo de interrogación en rojo sobre la imagen del diario) Julio Oliva, sin quererlo se trasformó en el vocero del la Comisión Funa. Desde que su mano maneja el megáfono en las manifestaciones, entonces los periodistas lo buscan para entrevistarlo. Así ocurrió cuando uno del diario La Segunda le insistió en que le diera una entrevista. A pesar de que este se negó, Oliva no podía creer cuando leyó en el diario de la tarde declaraciones que nunca dijo.


foto dos: megáfono averiado = un elemento que se ha mantenido durante los 5 años de protesta funera ha sido el megáfono que a pesar de lo averiado, aún queda aliento para que la denuncia se cuele a través del aparato y la vecindad se entere de quién tiene al lado.



Foto3: Carmen Soria con megáfono en mano: Carmen
Soria, hija del ex funcionario de CEPAL, Carmelo Soria, asesinado en 1976, se integra activamente en la Comisión Funa a partir de este año.

Destacados:

- Jóvenes que salieron del liceo experimental artístico que no tienen militancia; del Frente Patriótico Manuel Rodríguez sólo va una persona a las asambleas. Pero también hay gente que votó por Lagos que tienen sensibilidad socialista, formarían la comisión Funa.

- El peso definitivo que ha tenido la funa es difícil de calibrar, pero lo real es que han logrado imprimir una huella que ha dejado de manifiesto un escozor social latente
Serendipia es estar buscando una aguja en el pajar y encontrarse con la hija del granjero." Julius Conroe Jr.

TEXTO EN CONSTRUCCION

Títulos posibles:


Aplausos para la señorita macarena Q.E.P.D


FANTASÍA FINA


Cuando han pasado algunos años de su disimulada muerte, secreta, sola y dejada por la mano de dios, señorita Macarena le escribo. Ya nadie recuerda ese amanecer en que desmayada en la alfombra sin aire en sus pulmones bañada de fecas y orines de su perrita poodle toy la que relamía su garganta como intentando revivirla.


Cuando supe de su muerte, pensé tanto en la gracia que causaba su estampa en movimiento, resucitando tantas historias que se contaban de usted.


Como cuando se exhibió con a penas 17 años en un concurso de belleza femenina – en el Estadio Palestino de Santiago- y por paradójico que parezca, conquistó al jurado pasando colado el truco con elegante disimulo. Tan sagaz fue usted, señorita Macarena, que aplaudo su hazaña de engañar inocentemente.



O, como cuando sus extremidades inferiores adquirían vida propia en un comercial de panties que todo el mundo vio en las revistas del 2000´. Sus tentáculos forrados en medias radiantes posaron también en varias gigantografías sobre los techos en algunos edificios de la ciudad como una gacela flamenca.


Tal vez los brillantes publicistas que la eligieron, osaron a propósito con la estrategia cargada de ambigüedad para subir las ventas con el rumor del tercer sexo de aquellas piernas flamencas, imprimiendo un fulgor distinto al ajetreo santiaguino. Quizás les rendía más dinero esa artimaña disfrazada de mentira blanquecina. Todo con tal de inventar maneras de alcanzar una felicidad de lycra en un envase “diferente".


Nuevo engaño a la gente. Otro aplauso para usted.


Señorita Macarena, no sé por qué la pienso tanto: que mil puertas golpearon sin tregua esa protuberancia que se desglosaba de su rostro, negándole la posibilidad de actuar en algún escenario. Y usted reía cándidamente como pidiendo perdón por la turgente pifia. Parecía una Rossi de Palma en versión travestida. Pero nadie la reclutó para alguna película, su sueño más vanidoso.


¿Cuántas puertas se cerraron mientras usted a hurtadillas disimulaba una equivocación de la naturaleza, una especie de imperfección casi perfecta, una nimiedad que se podía perdonar a la vista?


Usted nació con la masculinidad muerta, sin embargo, fraguaba una femenina coquetería entre sus movimientos.


La recuerdo tb. cuando en los 90´, decidió asaltar la realidad en bikini en pleno Reñaca y los pacos la tomaron presa por ofender a la moral y las buenas costumbres. Más Aplausos.



Inventaba pasarelas donde no había. Nada atemorizaba la exhibición de su cuerpo de modelo pulcra.




Señorita Macarena, usted se jactaba como una maniquí europea y pensaba que como periodista la iba a hacer más famosa aún. Ahora repaso la escena cuando dijo que venía llegando de modelar de Niza, y que Almodóvar la iba contratar para su próxima película. ¿Verdad? ¿Mentira? ¿Importa?


Lo cierto es que sí consiguió aparecer en un reclame de mayonesa- otra vez los brillantes publicistas- y en un cortometraje que el audiovisualista Andrés / German Bobe tituló: Moisefala La Desdichada, retratando su vida infeliz sin amor. Allí mismo auto representó su propio papel de una alegre desdichada.


¿Se reían de usted? Qué importaba si además se incluía un clip musical cantado por Javiera Parra.




Párrafo de letra, citar link youtube




…………………………………..




Tb. en los 90´ deambulaba en la discoteque Fausto travestida con elegantes diseños nacionales que sus amigos de la alta costura dibujaban en su cuerpo para la alta noche. Decían que usted fue la primera y la única en ocupar un sitial en la alta costura travestida chilensis. Ahí se reía, y ellos, el público, tb. reían con usted por atreverse a encarnar los dictámenes de su naturaleza truncada. Aplausos.


La homosexualidad le dio diferentes nombres - La palestina, La Maca- los que como espíritus entraban en su piel actuando sobre diferentes escenarios, en ese momento, la ropa femenina actuaba como medicina para tratarse a si misma, no importándole nada. O casi nada tal vez.



-¿Quién la mato? ¿Ese mismo público al que usted buscaba empecinadamente, pese a las risotadas socarronas tras suyo?


Cuando ya tenía 46 años, aún conservaba su figura, aunque ya se avecinaban los 50 y el garbo y la forma toman otros moldes. Huir de ello, tal vez era lo más sano. Reducirse a la más mínima expresión. Cansada de hacerse la sorda de los murmullos de la gente, la veo tirada en la alfombra dando sus últimos estertores en el escenario de su living del departamento que usted misma compró en el barrio bellavista con su trabajo de venta de joyas de fantasía fina, en pleno Patronato.


Seguramente su existencia le acarreaba incertidumbres, y la ropa de mujer ya no surtía el efecto medicinal que necesitaba para estar viva, entonces la neumonitis se amplificaba en su pecho flemático, rendido en el piso. Pensaba que ya no era útil a la humanidad la que con un murmullo incesante la burlaban. Su alma impenetrable optó irrumpirse en el silencio. Un remedio más efectivo.

proyecto novela colectiva CAPITULO UNO- EL FUEGO

ATOSIGARLOS DE ODIO en sus cabecitas
para que sus pensamientos detonen lo inesperado.
Así, el enfermerito programaba sus máquinas
en silencio y estaba al tanto de todo.

Vigilarlos hasta el agotamiento, amedrentarlos en pequeñas dosis, como si todo aquello fuera un asunto normal. Atosigarlos de odio en sus cabecitas para que en sus pensamientos se detonara lo inesperado, me decían, 20 años atrás.

Ahora irrumpe esta imagen que seca mi boca. Piececitos de todos esos niños, alienados en la pared, boquita abajo, sometidos a los certeros estímulos que provocaban las sofisticadas máquinas, diseñadas como piezas únicas para la ocasión.

Jirones de sus carnes impregnaban las paredes humedeciendo los azulejos de sangre, lo que completaba el aspecto de una carnicería fatal.

Las paredes, de un metal indestructible, encubren el olor de la sangre virgen.

“Hay que matarlos por traidores”, me ordenaban sin mayor explicación. Obediente, yo no preguntaba nada. Creía, que había sido rigurosamente seleccionado para llevar a acabo una operación de inteligencia sobre los cuerpitos peligrosos de los niños. Para una nueva sociedad que ellos pensaban reconstruir.

Durante más de dos décadas la imagen de sus pensamientos rebeldes desangrándose en las paredes me persigue, las mismas paredes que luego de las sesiones y los experimentos, los niños enjuagaban, para obedecer las exahustivas normas de la cárcel de alta seguridad.

Mis ojos vigilaban empíricamente y sin parpadeos, cualquier atisbo de contacto entre los pequeños prisioneros. Era mi deber advertir sus comportamientos sospechosos. Una y otra vez yo debía vigilarlos.

¿Pero, quiénes eran ellos? Tal vez nunca llegue a saberlo. Lo único claro es que cualquier gesto, por ínfimo que fuera, debía ser registrado en los expedientes, y yo, había sido adiestrado para ello.

Que las pequeñas víctimas limpiaran las consecuencias de sus martirios, era para mi una especie de suplicio persistente, porque sabía que todo había sido exquisitamente calculado.


Prohibido interpelar al vínculo.

No se les podía eliminar de raíz, porque ellos temían que sus almas pulularan en la tierra denunciando los martirios padecidos por decenios. Había que provocarles un golpe, castigarlos en un infierno bajo tierra, para que sus almas pecadoras no deambularan en ese nuevo mundo que buscaban, uno que sería reservado solo para adultos.

Programaba los chips adosados en sus orejillas, planificando el silencio forzado que otros querían manejar. Era el objetivo. Matarlos con su propio mutismo y el de los demás, reproduciendo al unísono una desesperada mordaza.

Cámaras apostadas desde lo alto expían incesantemente el delito de ser niños. Baja la única amenaza de ser los portadores de una revolución total. Porque eso era lo que les molestaba a ellos, a los otros, el que fueran niños. Una especie de otredad ávida de denunciar.

¿Pero, a quién había que denunciar, si hasta la iglesia aquella, estaba involucrada hasta el cuello blanco, tan blanco de los sacerdotes? ¿Qué es lo que ellos temían que se denunciara? Una herencia corrupta, recargada de acciones sin ética. Los actos desmedidos y patriarcas de violencia física, abuso sexual, explotación infantil. O los delitos que los adultos programaban, para controlar sus almas y cuerpos de gestos inocentes.

Mis ojos contratados ejercían como cortapisas, condicionados a reprimir todo tipo de comunicación humana, reduciendo el diario vivir a un equilibrio pavoroso.

Una mudez siniestra oprime ahora mis sueños.

Por más de dos décadas no puedo dormir con el recuerdo de los niños en esa oscuridad, sin que otros se enteraran, solo porque no tenían a nadie, y eso era tal vez lo más triste.

Los niños, conformaban una minoría inquietante, el aire fresco de la disidencia, negándose a ser un porcentaje enajenado; a repetir la estructura impuesta.

En aquel tiempo, abandonado de palabras difuntas el silencio se entretejía en la garganta y se disolvía en el aire. Ellos habían sido abandonados allí, en medio de esa cárcel de metal, a causa de su categoría de sujetos indignos. Un poderoso estorbo que había que custodiar y ellos, estaban dispuestos a todo. Pero inmutable, yo no reparaba en eso.

Recién ahora puedo ver como este mundo trae niños para ser ejecutados.

texto taller novela colectiva

Palabras mudas transitan en gargantas pueriles en medio de una cárcel heredada. Los gestos matizan el espacio impenetrable, empapelado en acero desde el piso hasta el techo. Una ínfima mueca interpelaba al vínculo arrojando un signo adjunto a un receptor atrapado, como todos los que habitaban ese tesoro subterráneo.

Ojos vigilantes observan empíricamente, sin parpadeos, evitando atisbos visuales entre prisioneros; ejercían como cortapisas determinadas para reprimir todo tipo de comunicación humana, reduciendo el espacio al castigo eterno por delitos cometidos.

Las cámaras apostadas desde lo alto expían intermitentemente el delito de ser niño conspiradores. Porque eso era lo que les molestaba a ellos, a los otros, el que sean niños, una especie de otredad que no estaba dispuesta a evolucionar ni salvar la herencia corrupta de actos patriarcales recargados de acciones sin ética. Ellos, los niños, configuraban el aire fresco de la disidencia, una minoría que se negaba a ser un porcentaje enajenado, a repetir una estructura mentirosa, dispuesta a salirse de los caminos marcados. Ahora eran un poderoso estorbo que había que custodiar.

Los niños-prisioneros eran dueños de un conocimiento rebelde, una minoría creadora, expectantes a todo lo que les rodeaba, potenciales descubridores de ideas para fundar algo nuevo, un peligro para el orden establecido. Había que embotellarlos en metal.

La jaula enlatada contenía palabras congeladas, sólo faltaba estremecerla para que se deshiele una voz entramada. Sin embargo, todo estaba reacondicionado para fiscalizar la conducta, el pensar, la subjetividad. El instrumental utilizado para controlar: las cámaras, el no aire, el metal, la no comunicación, los chips insertados en la carne auricular programaban las actividades del día como si fueran máquinas que reformateaban la relación humana cercenándola a un nulo intercambio.

El condicionamiento del cuerpo y las conductas era a través de la distribución de los espacios que calculaban fehacientemente los comportamientos, ajustando las piezas, para que no haya contacto.

Los niños expuestos a la tecnología, sin afectos, eran seres descerebrados, castrados mentalmente.

Las paredes vigilaban y conspiraban con su silencio cómplice.

Todo invocaba al autismo, reduciendo la posibilidad de entrar en contacto visual, de palabra, saliva, frotamientos, afecto y vínculos sincrónicos. Emociones insípidas se trenzaban en ese lugar, mientras las férreas paredes, aunque vaporosas, empañaban incluso el silencio interno, interviniéndolo todo.

El carácter cotidiano de esa cárcel anestesiaba las conciencias, mientras los otros, desde su silla de poder, vigilaban esa caja blindada por donde circula el vacío autoimpuesto.


Como máquinas, los niños, limpiaban al unísono los metales para higienizar todo pensamiento. Limpiar su propia cárcel, mientras inhalaban acero, día a día. Era como auto lavarse el cerebro.

En cada habitación un parlante relataba noticias del mundo moderno, obligándonos a escuchar lo que no querían, vivir de la especulación y la incertidumbre constante. Transcendidos y filtraciones desde las esferas de poder excitaban la enajenación mental, de palabra, pensamiento y obra. Ese parlante era como un ruido incesante que lavaba los cerebros rebeldes.


Solos, los niños, se encontraban desafiando a sus cuerpos pletóricos de lágrimas contenidas que goteaban como pedruscos en un suelo inmutable, no hay hacinamiento, si, una tortura muda, sin árboles, ni sol ni olor a tierra.

El cuerpo no piensa en comida, pero daba señales: ruborizadas manos transpiran sollozos de libertad.

Poco a poco el cuerpo daba señales para estropear los mecanismos de control.


No podían escribir una letra en un papel. No había lápiz, ni teclados ni computadoras. Los cuerpos recibían instrucciones desde plataformas digitalizadas, planchadas en los oídos.

El cuerpo daba señales para estropear los mecanismos de control.

Los sentidos se extienden y desarrollan con nuevas potencialidades, ultrasensibles. Gustos distintos, olores inexpresivos que de tanto encierro generaron códigos y circuitos que permitieron construir conexiones por donde transita una metacomunicación. Conexiones horizontales y paralelas a las órdenes del día comienzan a operar entre los niños.

Los sentidos se expanden y contraen a la vez y por separado, entremezclados, como nuevos órganos, en ese hábitat común con espacios artificiales. Esa pluralidad compleja de 5 cuerpecitos, singulariza en una conexión única.

Una efervescencia acumulada recorre los circuitos neuronales del oído, imbricados en tecnología; los sentidos activan un mecanismo en que las imágenes mentales, viajan como pensamientos estandarizados.

Los cuerpitos, todos ellos, empiezan a comunicarse con el silencio y el lenguaje averbal con su carne penetrada de tecnología, emerge una imagen liberadora: un fuego sagrado recubre todas las paredes, siempre las paredes, disolviendo la caja metálica, trasformando en líquido el latón incorruptible.

Las llamas estallan desde la tierra, apuntando al cielo, ese al que tanto suplicaron libertad, y las carnes temblorosas se quemaron mezcladas con los aparatos tecnológicos incrustados en la piel, mientras las bocas vomitaban palabras/bits encerradas por tanto tiempo

CARCEL DE METAL




Palabras mudas transitan en gargantas pueriles en medio de una cárcel heredada. Los gestos matizan el espacio impenetrable, empapelado en acero desde el piso hasta el techo. Una sola mueca en un segundo interpelaba al vínculo arrojando un signo adjunto a un receptor atrapado, como todos los que habitaban en ese tesoro macabro bajo tierra.

Los ojos vigilantes observan empíricamente segundo a segundo, evitando atisbos visuales de los prisioneros, como cortapisas determinadas para evadir todo tipo de comunicación humana reduciendo el espacio al castigo eterno por delitos cometidos.

Las cámaras apostadas desde lo alto expian intermitentemente el delito de ser niño. Porque eso era lo que les molestaba a ellos, a los otros, el que sean niños, que no estaban dispuestos a transformar ni salvar la mugre heredada. Ellos, los niños, configuraban el aire fresco de la disidencia, una minoría que se negaba a ser un porcentaje, ni un consumidor global ni tampoco ciudadanos.

La caja enlatada contenía palabras contenidas solo faltaba agitarla para que brote un trenzamiento simbólico que posibilitara el escape. Sin embargo, todo estaba reacondicionado para fiscalizar la conducta, el pensar. El instrumental utilizado para controlar: las cámaras, el no aire, el metal, la no comunicación, moldeaban la relación humana reduciéndola al más mínimo intercambio de información. El condicionamiento del cuerpo, y las conductas era a través de la distribución de los espacios que calculaban los comportamientos. Las paredes vigilaban y castigaban con su silencio cómplice.

Todo olía a autismo cercenando la posibilidad de entrar en contacto visual, palabra, saliva, roce, afecto, ira, rabia. Emociones insípidas afloraban en ese lugar. Olores insípidos. Paredes frías resguardaban el silencio interno, interviniéndolo todo.

El carácter cotidiano de esa cárcel anestesiaba las conciencias, mientras los otros, desde su silla de poder, olvidan esa caja blindada por donde circula el vacío.


Como máquinas los niños limpiaban sincrónicamente los metales para higienizar todo pensamiento . Limpiar su propia cárcel, mientras inhalaban acero, día a día.

En cada habitación un parlante relataba las noticias, obligándonos a escuchar lo que no querían, noticias sobre la bolsa de valores, vivir de la especulación y la manipulación. Los medios viven de los trascendidos y las filtraciones excitando la enajenación mental, de palabra, pensamiento y obra. Era como un ruido incesante que retumbaba en los oídos inexpertos.


Habían semanas en que nadie hablaba. Nadie. El almuerzo era individual. Solos se encontraban desafiando a sus cuerpos pletóricos de lágrimas contenidas que caían como piedras, al suelo inquebrantable. No podían escapar. No hay motines internos, pero si una tortura silenciosa. No hay árboles, no sienten el olor a tierra, no hay hacinamiento, el cuerpo no piensa en la comida, pero si en la libertad.


No podían escribir si quiera una letra en un papel. No había lápiz, ni teclados ni computadores. Los sentidos adquieren un desarrollo diferente, se extienden y desarrollan diferente. Gustos distintos, que de tanto encierro generaron códigos que les permitió una salida.

Telepatía trasmisión de sentidos que viajan en el cuerpo a través de un silencio. Los niños, todos ellos, empiezan a comunicarse con el silencio y el lenguaje averbal les regala cierta libertad. Y desde ahí tenían que construir la posibilidad de ser libre. Interactuar desde el silencio, es imposible no comunicar
En definitiva el tema del narrador objetivo tiene que ver con ser capaz de enfrentar el yo interior justo cuando ella intenta con un halo en la mano separar las cosas al mismo tiempo que me dice que soy lindo, objeto de una evocación erótica exquisita y yo le digo entonces que me convierto para se feliz de verdad, pues tú también me gustas- le digo- ya son 16 años de puto y nacalarica pero sigamos con el tema en cuestión que no se me vaya la moto y ahí estamos los dos separados mirándonos, y me vuelvo a preguntar que por qué no y si todo fuera tan simple que la imagen del falo con el falo no es mas rica e intensa que el de un hombre y una mujer y la karen me dice que tenga cuidado que esta sociedad es machista y eso implica una serie de cosas que hay que ni te cuento mejor pero debo admitir que el falo me fascina aunque tb debo admitir que lo femenino-erótico tb me seduce y será por juntarme con tantas Eugenias, Polis y demases amigas entrañables lindas para amarlas hasta siempre incondicionales con la desgracia que nos toca vivir a todos unos mas otros menos pero chiquillidos pasesmos la bien que la vida es una y escuchemos los ruidos que vienen del mas allá porque el Diego dice que los platillos voladores son fascinantes y porqué, no creerle a ese niño lindo que canta amor porque donde quiere y a veces solo veces no ve que lo quieren al igual que yo y estamos solos de amor……………..ayyyyyyyy



Ella le habla eróticamente a pesar de que las sexualidades no eran compatible porque la opción sexual no calzaban pero todo lo otro calzaba como una horma a su zapato. Y lo otro es nada menos que el sexo-erótico entre una vagina y un falo con sentimiento rico inexplorado.

LABIOS COSIDOS




Todas las palabras que he pensado, todas ellas, viajan divididas por mi cuerpo para jamás ser dichas. Ni papá, ni mamá, ni mis hermanas, ni el perro, ni el gato han escuchado una sílaba de mi boca hinchada de letras que bailotean descoordinadas un silencio predestinado.

Mis labios están cosidos con hilos que cuelan mi lenguaje ajeno a este mundo. Nací para incomunicar, para no definir ni redefinir relaciones afectivas con nadie. 24 años en que mis labios sólo saben de marraquetas crujientes, a diario, que riegan con su vitamina B, neurotrasmisores que trasportan una fatal incertidumbre.

Mamá, me quiere, yo lo sé, pero a veces me grita, me amenaza con una cuchara de palo, porque en mis momentos de crisis - cuando intento comunicarme con gestos que no corresponden a mis palabras balbuceantes- sulfura. Ella fuma, fuma mucho, mimetizándose con mi angustia.

Tartamudeos penetrantes estallan en mis oídos como turbinas girando crecientemente. Siento ruido en mis tímpanos, murmullos que no puedo escuchar, ruido importuno que no ha parado en 24 años, ruido que me persigue y que a ratos se extiende no importando si son las 6 am, la una de la tarde, o a las tres. Porque para mi no hay horarios. Puedo caminar de la cocina a mi pieza y de la pieza a la cocina tres horas sin parar, mientras las turbinas trabajan a toda velocidad pegadas a mis orejas.

Es ahí, cuando exploto palabras no dichas y cuando los flujos sanguíneos están alterados al máximo, la sangre se intromete, siempre la sangre, con las palabras, las cerca, les pone un candado una a una y las deja calladitas para siempre, las destruye como un virus fagocita del núcleo de una célula, ella arma un entramado con mis emociones aspirándolas como una vampira.

Mamá, siempre mamá, pegada a mi como las turbinas, fumando, vigilando la cocina para que yo no me engulla el refrigerador, me da unas pildoritas que humedecen las neuronas, pero a un precio que ni les cuento porque la boca, siempre la boca, se seca, entonces entro al baño, mil veces, en mis paseos noctámbulos para tomar agua, mucho agua, de la cañería.

Los flujos internos se ponen en marcha encerrando palabras, encarcelando mi lenguaje, esclavo de mensajes que no cuajan a tal punto de echarme a perder mi estomago, y al baño de nuevo para eliminar oraciones desahuciadas en forma de fecas.

Las secreciones inician erosiones de mis órganos , impulsadas por las malditas turbinas que no paran de trabajar, siempre las turbinas, nublando mis ojos que no miran a nadie.


Voy a explotar de estar dentro de mi. No miro, no hablo, no como, embucho todo a mi paso. Me masturbo con movimientos precisos, dosificados, intensos a hurtadillas de la cuchara de palo, los jugos se desprenden y mamá, como una esclava limpia, y limpia, con su cigarro en la mano. Suena el despertador, 6 am, papá se levanta, hay hambre, siempre el hambre, y la urgencia biológica de trasmutar la sangre empapada, siempre la sangre, de mis emociones y palabras.

Neurotrasmisores se van desconectando uno tras uno al mismo tiempo y a veces dos y tres y cuatro hasta no parar, entonces grito, y muevo la cabeza rápidamente, como un animal rabioso tirando manotazos, sacudiéndome esa sensación de múltiples pensamientos fragmentados. Mamá que se había acostado hace poco, aparece con las marraquetas, siempre las marraquetas, pero esta vez con mantequilla y un té. Gracias mamá, gracias mamá, cómo te lo digo?



(Pamela Olate & Rodrigo Beas. Ejercicio para Taller de Novela Colectiva)



Mi más querida desgracia:


Ya no es desde la ira que te escribo. Han pasado meses desde la última vez que nos hablamos, desde que nos dijimos aquellas cosas que el tiempo no borra. Esta misiva es simplemente para pedirte algunas cosas, se podría decir, cotidianas. Quiero pedirte encarecidamente que saques tus cosas de mi departamento. En el dormitorio se te quedó un cajón lleno de gritos. Que desagrado es abrirlo y escuchar tu voz repitiendo las mismas cosas siempre. Que hasta cuando, que para qué, que por qué, que me voy, que ya no aguanto más, que quiero recuperar mi libertad… bah! En el clóset olvidaste tus largos abrigos negros, esos que usabas para cubrir y arrastrar las evidentes derrotas… ¿ahora caminas por la vida como un perdedor?
Debajo de la cama… uf! debajo de la cama está el millar de palabras que alguna vez tuvieron sentido para los dos… amor, complicidad, confianza, locura desmedida, letras, números, música, planes… esas cosas aun no me animo a barrerlas y tirarlas a la basura… si quieres puedes llevártelas, que yo, ya no las necesito, solo requiero el espacio vacio para llenarlo nuevamente con palabras que ahora comparto con otra persona.
En una bolsa, ojo, de género, no de plástico – esas dañan el medio ambiente- deje tus sábanas favoritas, unas suavecitas, las necesitarás, supongo que serán las únicas que acaricien tu piel en los momentos de soledad en que te encuentras. No olvides traer cloro y una esponja, para que limpies con especial dedicación los vómitos pasados, las falsedades que escupías sobre la especial conexión que prodigabas con respecto a tu relación con el universo…
También te pido que cuando vengas, no olvides traer, en una caja azul, mis canciones favoritas, principalmente aquella que habla sobre nosotros, en un parque sentados, yo rescatándote de tu angustiosa y profusa vida gris, y tú rescatándome de la tediosa monotonía de mis atribulados días. Por favor! No las olvides, que desde el día en que te fuiste no he podido oírlas nuevamente.
No quiero molestarte, pero cuando hacías tu maleta, vi que ponías debajo de tus copiosas lagrimas, un trozo de mi orgullo herido, las alegrías momentáneas y mis recuerdos (aquellos que necesito para poder olvidar) Te ruego que me los devuelvas.
Espero cariño, no haber olvidado nada.
Me despido, ya no con deseos incontenibles, ni con un querer inconfesable, simplemente con el amor que tiene un amo a su pequeña mascota ( ¿recuerdas lo que amo a mi perro? )
Bimba.



(Pamela Olate)




QUERIDA:

Una gran sorpresa causaste con tu misiva que más bien parecía un misil en pleno movimiento que te urgía introyectar en alguna parte de mi cuerpo.
Me alegra que practiques un poco de maldad en tus palabras, y que descargues tus rabias. Debo precisar algunas cosillas que me parecen un tanto injustas, sin embargo.
Qué agrado que cuando abras tus cajones escuches mis gritos de libertad, porque la verdad es que me agoté tanto en explicarte una y otra vez el concepto, siempre me quedé con la sensación que no lo entendías.
Y para que te quede más claro: Quiero recuperar mi libertad para liberar mi significante, mirar con agudeza lo que lo otros no ven, sublimar la diferencia, apropiándome del propio deseo. Y para hacer ese complicado ejercicio, no te necesito a mi lado, más bien, me acomoda usar mi abrigo y ocultarme de una multitud enajenada.
Mi querida, pongo en mi duda que usted esté con otra persona, porque, ayer vomité una angustia, tras un sinnúmero de sollozos que me sacudían con largas horas de lagrimas sin llanto. Fue ahí, cuando levanté la tapa del inodoro, suplicándole a diosito que me arrojara al hoyo negro para luego bajar la palanca que me llevó a un largo viaje en las cloacas, un lugar que sentí como propio. Sabes querida, cuando navegaba por los ductos te vi pasar en la dirección contraria, con una mirada invisible y un aborto fantasma en la mano. Antes, de saludarte, preferí seguir babeando angustia para desembocar en el mar.
Mi querida, no todo es malo en la vida, pero cada uno debe enfrentar sus diablos a solas y no insistir empecinadamente en hacerlos bailar una danza tétrica.
Yo tuve momentos felices contigo, que se relacionan con la energía del universo esa que hablas en tu misiva-misil, pero que pareces no comprender del todo. Recuerdas cariño cuando, amarrados a un árbol, nos hacíamos el amor, compartiendo, fundiéndonos con un entorno frondoso, mientras inventábamos a destajos juegos y reíamos. Nada importaba. ¿Recuerdas? Sólo tú y yo y nuestra construcción que nació bajo el alero de una continua reinvención de movimientos, percibiendo el mismo ruido el mismo goce, una sincronía hermosa. La voz del universo, un sonido cósmico nos recorría, colmando todos nuestros orificios hasta el infinito. Brotaban secreciones, se mezclaban conformando un cocimiento, era nuestro amor.
Así era, nuestro amor, y ya no lo es. Un beso tu perro



(Rodrigo Beas)


PARA NARCISO


Para que te quede clarito todo lo que me pasa contigo, y no mal interpretes mis palabras, ya que no me dejas decirtelo personalmente, quiero que sepas lo siguiente.


En estos ratos que me has dedicado últimamente, lo único que me hablas son palabras soeces tales como: "me voy a culiar a la Yasna", "el Antonio me llama y me lo culeo", "me dan ganas de culiarte con ese olor", " cómo tiene el poto tu amigo", etc



Este lenguaje que usas cuando estamos juntos hace mierda el sentimiento que tengo hacia ti, no es de otra cosa de la que me hablas, de tus cosas personales ni idea. Lo único que quiero es entregarte afecto , pero comprenderás que no me dan ganas de hacerlo tan abiertamente hacia alguien que lo unicó que hace es es conjungar el verbo culiar. yo culeo, tú culeas, él culea, nostros culiamos, ellos culean... Puedes seguir en lo tuyo con tus preocupaciones sobre la cama, mientras olvido el amor que siento por ti. No tengo más que agregar, borrame de la lista de tus conquistas. No quiero ser un número más ni un porcentaje que engrosa tus malabares camísticos. Al contrario, quise ser tu pareja , pero nada puedo hacer, no se le puede pedir amor a alguien que confunde afecto con culiar.



Son tus propios actos y palabras los que me llevan a esta lamentable conclusión. No digas nada porque tu respuesta me la sé de memoria y no me sirve, eso ya lo he comprobado en las innumerables ocasiones que he intentado llegar a ti.



Me hubiera encantado preguntarte tantas cosas, haberte aconsejado y deseado suerte, pero sé te olvidó darme la oportunidad. Sólo me llamaste para reclamar narcisismo al peo. Ello para mi, es un enorme síntoma: por tu corazon no pasa nada. Entonces ya no me queda nada más que decirte...


Santiago, Julio 1990