LAS FALDAS DE LEMEBEL





Variopinta fauna, casi una feria de vanidades, sentada en el cine arte alameda, un jueves de mayo, esperaba el documental, Corazón en Fuga, de Verónica Quense que registra la historia de Pedro Lemebel, rodeado de mujeres, amigas artistas, sensibles, ligadas a la poesía, algunas; otras, a la política y derechos humanos como la entrañable Gladys que pocos recuerdan, o a la respetable señora Ana Gonzáles a quien le mataron dos hijos, su nuera embarazada y esposo en plena dictadura. Todas, luchadoras aguerridas, que el lente de los medios de comunicación inspecciona rara vez, y a regañadientes.

Todas estas mujeres hablan por Pedro, ocupan su cotidianidad compartiendo risas y un cigarro, tristezas y desgracias ininterrumpidas, con una copa de vino que brilla de nostalgia en el lente de Verónica Quense.

No es fácil llevar ese cuerpo cincuentón, ajado por la lucha política y homosexual , un cuerpo que irrumpe implacable por más de 30 años, en espacios públicos- donde muchas veces no era invitado- con una bandera cargada oropeles irónicos que brotan sobre una plataforma aguja con un pañuelo que esconde marcas de batallas.

Las butacas del Alameda, aplaudían cada cierto tiempo justo cuando la lengua del protagonista -untada de saliva y humo- pronunciaba ese certero conchazo, pletórico de sarcasmo, como una molotov en protesta, mientras el bolero- que tanto le gusta al personaje de la historia- se escuchaba a lo lejos.

Parece una constante en su vida la lucha por los derechos humanos, participando en marchas, funas, recordando a los muertos, que el país niega evocar, con performances rellenas de sangre sobre la flaca tierra chilena -que se hace la loca con estos temas del dolor- esa que mueve el culo famélico a un sistema económico, que predica mendacidad, cuyo nombre no vale la pena emitir.

Pedro Lemebel, representa una parte de Chile, una mirada no dicha, una mirada inquisidora que no quiere ser escuchada por una mayoría que parece tener una venda en los ojos, ante tamaño vozarrón que transita en los circuitos de la marginalidad.

Sus textos plasmados en el documental- principalmente a través de obras de teatro-, con imágenes que menean los resortes de la sensibilidad, encarnan múltiples voces que tienen como denominador común, un dejo triste y cansado de remar contra la corriente.

Menuda tarea la de ser maricón, en esta faja cínica que niega las homosexualidades en todas sus formas. Levantarse en la mañana a sabiendas de que no hay un hueco para ti en la sociedad y que tienes que hacértelo no más empecinadamente, aunque no tengas ganas, debe ser agotador.

Tal vez por eso, Lemebel se aferra en las faldas de potentes mujeres que lo anidan felices, porque detrás de su trasgresora lengua hay un corderito que solicita amor a todas luces.

El documental, será presentado en diferentes festivales, por lo que aún no se exhibirá en salas de cine. Vea la sinopsis en http://www.pedrolemebelcorazonenfuga.cl/

Publicado en PATRIAGAY.CL