“Quien no ha sufrido la enorme ironía de entregarlo todo por un instante recibiendo migajas a cambio”
Cambiaste tu nombre.
Cambiaste tu nombre.
Dijiste que vivías en Vitacura con unos amigos.
A penas besas, sólo penetras.
No tomas de mi botella de agua. ¿Te doy asco?¿Eres casado?
“Qué lindo eres", dices. No te creo.
Acabas advirtiendo que te vas a estudiar a Nueva York en una semana
por eso vives con tus padres ahora.
Tu lunar, tu maldito lunar en el culo me recuerda, que hace 9 años me contaste el mismo cuento, que te ibas a Nueva York. Estuvimos en tu depto en vitacura esa vez. ¿Ya no lo recuerdas?
Exactas mentiras innecesarias de siempre, con un boleto de vuelta aferrado en tu mano.
¿Por eso no me tocas?.
Nos vemos en 9 años más.
Cambia los lugares, eso sí,
son exageradamente distinguidos
como para tirar en una sombría bodega, como esta vez.