SUEÑO SECRETARIL





Sobre la cama se masturba atrevidamente, con movimientos precisos, intensos, dosificados, certeramente ardorosos, pletóricos de jugos exquisitos que se desprendían de esa cavidad secretaril. Consigue un orgasmo interminable. El despertador suena. 6 am. Exaltada y vaporosa, se detiene en las ranuras del techo que grafican explicaciones que antes nunca había comprendido. Se calma y retoma el sueño. Aparece un texto inconsciente que complejiza aún más su relación con su jefe.




Sueño 1 que está frente a su jefe, que le entrega como siempre una carta de contenido administrativo. Ella desliza su lengua empapando con sus labios el borde del sobre, la saliva se mezcla con la goma. Un olor agradable. Toma la carta y la mete en el sobre"

Sueño 2 “que está frente al espejo - sola nuevamente- pero ahora practica nuevos autogolpes cercenando su piel. Jirones de sus propios cueros se le pegan en las manos. La sangre actúa como pegamento, lo adhiere todo. Eso no la asusta. Y se masturba aun con más fuerza, introduciendo el contenido en su vagina. Más golpes sobre su (mas)CULINIDAD. Golpea como un hombre lo haría, auto infiriéndose nuevas marcas".

Sueño 3 (A lo lejos una música: Prisilla La Reina del Desierto. Otra versión eso si, cantada por un hombre) “Ella y él, la secretaria y el jefe, hacen el amor. Ella lanza unos gemidos de las entrañas. Él, con cierto asombro, se siente un jefe-emperador-subyugado, rindiéndole pleitesía a una secretaria- emperatriz-dominante. Por ese instante, ella domina la situación". Pero era sólo un sueño.

1 comentario:

Mariposa dijo...

Inevitablemente recordé un pasaje de Milán Kundera en La Insoportable Levedad del Ser... por qué las mujeres somos capaces de torturarnos incluso en sueños? Odio no poder dejar de hacerlo, y odio más despertar del sueño y seguir con la sensación de angustia y recelo que el sopor nocturno provocó,