RECADOS PARA UN AMOR ANONIMO

4:47 am



Miasmas placenteros padezco de ti aún. Jugos entrelazados en juegos oscuros, impresentables. Tus néctares, los míos y la noche. Cómo se dilataba aquello que sólo tu yo sabemos. Frotamientos eternos causaban grietas de miedo atractivas. Tus gemidos colombianos caldeaban la atmósfera. Nuestros diablos salieron a bailar una danza armoniosa. Ahora hay que cumplir el contrato, la transacción implicita, el texto: viniste a buscarme, estuvimos dos horas , cancelaste lo que correspondía, y yo de vuelta en mi cama. Amor colombiano pagado esta noche, por un instante , juntos descubrimos insípidos placeres que inflamaban apasionados combustibles. Ese departamento tan perfecto, tu pulcritud, el minimalismo ahí dentro, no tenía sentido para mi. Aburrido de lugares perfectos, llenos de objetos estéticos - sin vida- de sexo en un rectángulo con sábanas. Yo, desnudo deambulo apropiándome de tu intimidad, derramando musicalidad al lugar y tu gato amarillo atacándome, con mirada arisca mostrándome sus dientes. Una gran escena.
Qué apropiado que compartiste la hierba, potenciando las sensaciones. El baño, yo, tú, desnudos. Aunque no quisiste mirar la ciudad por la ventana, ella reclamaba una mirada calenturienta....un excibicionismo eterno. Tal vez alguien miraba mis movimientos pelvicos - desprendiendo efluvios malignamente pulcros- que tomaban sentido en ese escenario. Creiste que gemía por ti. Era la ciudad la que me robaba las vibraciones. Indagué organos internos y unos cojines, una especie de endometrio masculino, se asomaron de tus profundidades. .....una mezcla perfecta, una visualidad incorporada en el acto. Mirarse descaradamente. No pestañeando, buceando en tus hendiduras agrietadas, subterráneas. Tal vez no volvamos a estar juntos. Fue un placer. Son 40 mil las dos horas.

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